Algo que escribí hoy
Mami, ella odia escuchar cuando alguien dice mami y papi, pero sé que en el fondo le gusta que sus hijos le digan así. Se hace la dura, es la primera cara que le muestra al mundo pero en el fondo es un oso de peluche. Es la mujer que más amo y admiro.

Llevo años escribiendo cosas sobre mi mamá, tanto para ella como sobre ella. Nunca se los muestro porque me da vergüenza, somos muy distintas entonces, si bien sé que le gustaría leer cosas lindas sobre ella misma, mi romanticismo un poco la agobia, lo cual me hace reír. A la hora de sentarme a escribir algo sobre ella me cuesta horrores. Tengo tanto para decir que a veces no me sale decir nada. 

Creo firmemente que de todas las madres que existieron en la historia de la tierra, a mi me tocó la mejor, o al menos la mejor para mi. 

Todo el mundo que me conoce la conoce, es mamá de quien la necesite. No sé cómo tanta sabiduría y tanto sentido del humor pueden convivir dentro de una misma persona, a veces quedo perpleja con sus ocurrencias. Tiene el mismo corazón que mi abuela, lleno de amor para darle a todos, literalmente nunca se queda sin. 

Es de esas personas que cuando te mandas una cagada sabés que te va a decir lo que no querés escuchar pero que va a proceder a darte el abrazo más reparador del mundo. Los abrazos de mi mamá no los cambio por nada en el mundo, son el lugar donde más segura me siento. Aún siendo una adulta y habiéndola superado en altura, hay veces que necesito volver a ser chiquita y sentir que los brazos de mi mamá me envuelven, y ahí siempre va a estar ella, lista para sostenerme. 

Cuando perdí a mi abuela se fue una parte de mí, sentí que me arrancaron un pedazo. Hace ya varios años que cuando miro a mi mamá siento que volví a tener esa parte de mi. No importa cuan mal esté ella siempre logra llenarme, siempre es mi mamá. 

Tengo mucho para decir que no sé cómo expresar. Me enorgullece decir que esa mujer es mi mamá. 

Me da hasta vergüenza escribir esto, porque como ya dije, ella y yo somos muy distintas a la hora de mostrar amor. Yo uso palabras y demostraciones físicas, ella te muestra que se acuerda hasta el último detalle de lo que le dijiste, está cuando la necesitas sin importar la hora ni el día. Nunca deja de ser mamá, para mi y para quienes me rodean. 

Qué suerte tenemos quienes la escuchamos reír. 

Gracias por tus abrazos mami, te amo mucho.

El tío Cacho, Oscarrrrr Aguirrrrre y Merceditas te mandan Feliz Cumpleaños desde el cielo.
Te dejo de yapa otras cosas que escribí sobre vos con el pasar de los años.
Hace mucho tiempo que quiero escribir algo sobre mi mamá. Empiezo mil textos, de mil maneras diferentes pero ninguna combinación de palabras llega ni a los talones de la mujer que es Florencia, de la mamá que es.

Florencia es de esas personas que no se conocen dos veces en la vida. No lo digo solo porque es mi mamá y la amo, sino que realmente me parece una mujer que se te impregna en la memoria y vivís el resto de tu vida con su recuerdo. 
Ella tiene esta máscara de fortaleza y cree que nadie se da cuenta, ella se piensa que no vemos su corazón blando y lleno de amor para dar. Me gusta hacerle creer que no me doy cuenta a veces que se muere por ser dulce cuando esta enojada, me gusta que a veces siga sintiéndose la que lleva las riendas en el mundo, se lo merece. Mi mamá es esas madres que cuando te tatúas por primera vez pensas que te va a desheredar por su reacción pero que a la mañana siguiente te trae en la mano izquierda un plato con una tortita negra caliente para tomes con el café que trae en la mano derecha, y mientras apoya las cosas en la mesa te mira con sus ojos entornados que gritan las disculpas que su boca nunca llega a decir.

Florencia no es solo su carácter fuerte, es mucho más que eso. Es las medias del colegio calentitas porque se levantó temprano para ponerlas sobre el radiador. Ella es tu comida favorita cuando llegas a casa. Es el abrazo que necesitas cuando sabes que metiste la pata, esos que te rearman cuando ni siquiera crees que exista una mínima posibilidad de estar bien. Quien la conoce poco piensa que no es una mujer “dulce” porque como ya dije, ella se hace la fría. A los novios y amigos pasado y presentes de sus hijos les encanta hablar con ella. Les encanta contarles sus problemas y sentirse escuchados porque mi mamá no es solo “mi” mamá, ella es la mamá de quien lo necesite. Me alegra los días verla interactuar con el mundo y llenarlo de amor. Ver como la gente busca hablar con ella, busca pasar tiempo con ella, busca su compañía. 

Aunque como hijos a veces digamos que es una hincha pelotas, no sé qué haría sin ella. Me gusta creer que cuando la gente me ve, la ve también a ella. Puedo nombrar millones de cosas que hace mi mamá por sus hijos, estoy segura que si me pongo a hacer una lista no me van a alcanzar los años de vida para terminarla. Es la mujer más fuerte que conocí en mi vida. Se dejó completamente de lado  a ella misma para que nosotros, sus hijos, siempre tengamos una cama hecha, nunca nos sintamos solos y siempre haya un abrazo disponible cuando es necesario. Porta con orgullo de donde viene y sabe muy bien donde quiere ir. Cuando sea grande quiero ser como ella: saber de dónde vengo y dónde quiero ir. También quiero que donde vaya, ella esté ahí. 
Con mi mamá conectamos mucho con el fallecimiento de mi abuela. Desde ese día que la recordamos con cosas chiquitas como las glicinas (o como le digo yo “mis merceditas”), los picaflores, el guiso de arroz. Yo la llevo conmigo en cosas diarias como mi reloj, que no es el de ella pero me compré el mismo que tenía, o mis sweaters que son idénticos a los ella usaba. La encuentro en el olor a arroz con manteca o en el sabor del guiso de arroz que me hace mi mamá. Básicamente es una parte de nuestras vidas que siempre va a estar presente hasta en las cosas mas simples.

Hace un tiempo bajé las escaleras de mi casa, me encontré con mi mamá en la cocina y me le puse a hablar como siempre mientras ella me contestaba con pocas palabras, inmediatamente supe que algo le pasaba porque mi mamá nunca no me sigue las charlas en la cocina. Hice como si nada porque no quería apagar más el ambiente cuando de repente siento como mi mamá viene y me abraza, desmoronandose como un nene cuando la abracé. Toda esta situación me agarró muy desprevenida cuando de repente me dice “extraño a mi mamá”: esa oración me mató. Nunca la había visto llorar a mi mamá así, el único recuerdo que tenía era de ella llorando por su papá cuando yo era chica pero al tener 6 años no entendía qué estaba pasando y en el funeral de mi abuela. Cuando se dio cuenta de la situación se limpió los ojos como si nada e hizo lo que a mí mamá mejor le sale (o eso cree ella) que es hacerse la que no pasó nada, la que ella es una roca que puede contra todo. 

Acababa de ver a mi mamá, la mujer que puede contar todo, llorar porque extraña a su mamá. Claro, porque uno ve a su mamá o a su papá y no piensa que ellos también son hijos. Si entiendo que con el ser adulto, con formar una familia, etc., se vienen otras responsabilidades que “opacan” el ser hijo. Me quedé pensando en cuántas veces mi mamá debe estar en una situación y debe pensar “quiero a mi mamá”. 
Y hay más cosas en cuadernos escondidos, pero esas las dejo para mí.
Estas te las regalo para cuando necesites recordar cuanto te amo.
Back to Top